En México hay un millón doscientos mil pequeños comercios, cuyo flujo de efectivo sustenta a más de 3 millones de personas y permite que la economía del país se mantenga en movimiento. Algunos son negocios propios, otros son patrimonio de generaciones de esfuerzo, o simplemente son la fuente de trabajo, pero no cabe duda que son parte del folklore y cultura mexicana.

Los pequeños comercios como tienditas, fonditas, taquerías, cocinas y restaurantes son más que un punto de venta, su relación con las personas y familias que habitan y conviven en una misma colonia, los hace un vínculo importante para la comunidad. Usualmente quienes atienden o administran estos negocios, son habitantes locales, es esta misma familiaridad y cercanía lo que permite que la experiencia de compra y consumo sea distinta a la de otros canales.

Sin embargo, el contexto post-covid ha traído nuevos retos para estos emprendedores que, a través del autoempleo buscan la estabilidad e independencia económica. Las nuevas normas de distanciamiento social e higiene, tanto personal como en los establecimientos, han sido un catalizador para que miles de emprendedores transformen la manera de ofrecer sus servicios, ampliándolos con entregas a domicilio y programación de pedidos para llevar, a través del uso de plataformas y aplicaciones digitales; con la finalidad de mantenerse abiertos y en funcionamiento. 

En México, la IAB (Interactive Advertising Bureau), estima que, hasta antes del inicio de la pandemia, aproximadamente el 99% de los pequeños comercios no contaban con las herramientas y competencias para responder a las necesidades generadas por esta nueva normalidad, y que desde marzo a la fecha el uso de plataformas y herramientas digitales ha incrementado lo equivalente a 3 años. Y es que no todo han sido malas noticias, ya que estos comercios han encontrado una nueva manera de llevar sus productos hasta nuestra mesa, aumentando sus ventas y ampliando su clientela.

Como propuesta para fortalecer al sector, la Industria Mexicana de Coca-Cola en alianza con otros actores como la Concanaco, Coparmex, Pro Mujer, kellogg´s, Mars, Mondelēz México, Wabi, entre otros; impulsa iniciativas en pro del empoderamiento económico de los pequeños emprendedores, ayudándolos a responder a las preocupaciones de los compradores en época de epidemia a través de programas como “Mi tienda segura” y programas de soporte  para brindarles acompañamiento empresarial y capacitación en el ámbito económico, social y personal. 

En este último periodo, la IMCC, integrada por ocho grupos embotelladores y dos plantas de reciclaje, produjo y distribuyó 50 mil mamparas y más de 200 mil caretas que se emplearon, en parte, para responder a las preocupaciones de los clientes y comerciantes de los pequeños comercios, en este contexto actual.

Desde 2012, Fundación Coca-Cola México y la IMCC colaboran con organizaciones civiles para beneficiar a más de 186 mil mujeres mexicanas en la alianza con el Tecnológico Nacional de México y sus distintas sedes en todo el país.

Los negocios locales son espacios que concentran la identidad de las familias mexicanas y son el punto de contacto que permite que el intercambio comercial sea una experiencia hecha a la medida de los deseos y necesidades de los clientes.

Para mantener la economía del país en movimiento y ayudar a nuestros pequeños emprendedores es necesario que ¡Hagamos esto juntos! y sigamos impulsando el comercio de nuestra localidad, ya sea en la tiendita, en los tacos o en el restaurante, estamos poniendo nuestro granito de arena.

Por Lorena Peña vía La Jornada

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí