La situación por la que estamos atravesando, derivada de la contingencia sanitaria provocada por la pandemia del COVID-19, no tiene precedente en la historia de la humanidad.

Todos hemos tenido que reaccionar rápidamente para sobrellevar esta emergencia y en las empresas hemos buscado acciones extremas para salvaguardar el bienestar de nuestros colaboradores, a la vez que implementamos medidas para darle continuidad a nuestros negocios.

Nadie sabe con exactitud cuándo va a terminar esta crisis de salud y económica y, sobre todo, el impacto que va a tener en el mundo laboral, por lo que es importante registrar las buenas prácticas que se están implementando en las organizaciones para que sirvan como ejemplo y se puedan replicar en otras empresas o negocios, sea cual sea su tamaño, en ésta o en otro tipo de emergencias.

El futuro del trabajo es hoy, un futuro que no imaginábamos y que está cambiando paradigmas, por ejemplo, la manera de trabajar bajo el esquema de home office.

Algunas de las prácticas que hemos implementado en la organización, y que hemos detectado en otras, van relacionadas a la forma eficiente de trabajar remotamente. En nuestra empresa, por ejemplo, comenzamos con esta práctica el 17 de marzo, dos días después, el 98% de los colaboradores ya estaba trabajando vía remota y el día 23 de marzo, el 100%, es decir casi 300 empleados, estábamos laborando desde casa exitosamente con las herramientas necesarias para cumplir de forma óptima con nuestra labor.

Bajo este esquema, algunas acciones que nos han funcionado que comparto y que considero que no deben de faltar en las estrategias para el trabajo remoto, incluyen la implementación de sesiones informativas virtuales para comunicar cualquier asunto del manejo del negocio y la forma de atenderlo vía remota, así como responder a la innegable incertidumbre que tienen los colaboradores sobre su situación laboral.

Relacionado a lo anterior, se deben implementar reuniones virtuales con el director general que en momentos como éste son decisivas para escuchar de primera mano al líder de la organización, quien, además de compartir el status sobre la situación de salud de los colaboradores, dará línea de las acciones de continuidad del negocio y, de manera especial, abrirá la conversación para que los empleados manifiesten sus preocupaciones, miedos, pero también sus ideas innovadoras.

Asimismo, las acciones de comunicación organizacional juegan un papel trascendental para mantener tranquilos y comprometidos a los equipos de trabajo. Una buena práctica es el envío diario de información relevante y oficial, de esta manera la empresa se empodera al convertirse en una fuente confiable, además de que evita los rumores.

Otra acción que no se debe dejar a un lado es la capacitación. Tras pasar los días críticos para implementar las operaciones vía remota, las empresas deben retomar los planes de capacitación ya previstos, que, sin duda, se pueden implementar vía digital.

Para que todo lo mencionado se implemente con éxito y con seguridad, es de suma relevancia tener establecidos protocolos estrictos de intercambio de información, al dotar el teletrabajo de un canal cifrado mediante una red VPN, solicitar la instalación regular de las actualizaciones de seguridad relativas a sistemas operativos, versiones del navegador de Internet y las extensiones y complementos.

Además, pedir el almacenamiento en la nube y concientizar a los colaboradores para que tomen las medidas básicas de seguridad, como el uso de antivirus, robustecer sus contraseñas, no descargar ni almacenar información corporativa en equipos personales, no abrir correos ni sitios web sospechosos, así como no compartir información sensible de la organización.

Finalmente, es importante implementar estrategias que fortalezcan el compromiso con los colaboradores, por ejemplo, brindarles apoyo para mantener su salud física y emocional en esta transición ayuda a enfrentar juntos los retos presentes y futuros en nuestras empresas.

Éste es uno de esos momentos que nos exige a las empresas y a los líderes tomar decisiones con valentía, con el humanismo por delante de todo, siempre pensando en cómo cuidar a los colaboradores y cómo beneficiar a clientes y usuarios.

| Por Ricardo Rodarte | Vía expansion.mx |

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