Las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyME), negocios con un número no muy grande de trabajadores y facturación moderada, son la base de la cadena productiva nacional y generan alrededor del 70% del empleo en el país, dedicadas generalmente a actividades comerciales, de servicios, industria artesanal y trabajos independientes.

En ese contexto, la banca entiende la necesidad de apoyar al sector, lo que se tradujo, al cierre de marzo de 2020, en más de 500 mil MiPyME acreditadas. Esto permite que sigan funcionando, para mantener en movimiento el ciclo económico de empleo – producción – distribución – consumo.

Por su tamaño y variedad, las MiPyME han sido de las principales afectadas por la contingencia sanitaria y las consecuencias económicas del COVID-19. Por ello, el gremio se anticipó a las dificultades venideras y anunció una serie de apoyos para créditos comerciales, a los que, para la primera quincena de mayo de 2020, ya se habían adherido más de 240 mil; es decir, un 48% del total de MiPyME acreditadas por la banca comercial.

La oferta de apoyos es variada. El más conocido, el diferimiento de pago de capital e intereses permite al cliente pactar con su institución bancaria la suspensión de los pagos por hasta 6 meses y aplica para créditos revolventes y créditos simples. Tratándose de este último, es necesario firmar un convenio modificatorio. Con la reducción en pago mínimo, aplicable sólo a créditos revolventes, se disminuye el pago mínimo exigible durante un periodo determinado de tiempo. También, es posible diferir por hasta 6 meses sólo el capital, con lo que se pagan únicamente los intereses. Ninguno de estos afecta negativamente el historial crediticio.

En algunos casos, es posible acceder también a una reestructura por la que se ofrece al cliente una disminución en la deuda ya sea a través de pago anticipado o de reducción de tasa, a cambio de dejar una marca en el buró de crédito.

Acceder a estos programas es sencillo. Lo principal es conocer los requisitos que se deben cumplir, así como entender perfectamente los términos y condiciones de cada uno de los programas de apoyo que ofrecen los bancos. Posteriormente, es necesario inscribirse a través del canal especificado y siempre tener en mente la fecha de inicio del programa, su duración y la fecha de reanudación de pagos.

Adicionalmente, la banca comercial trabaja junto con Nacional Financiera, institución de banca de desarrollo, para contribuir a la reactivación de las economías regionales y la conservación de empleos impulsando a las MiPyME en coordinación con los gobiernos de los estados. Este programa se ha implementado ya en 29 de las 32 entidades federativas, pues aún está por entrar en operación en Baja California, Hidalgo y Tlaxcala. Con esto, se impulsarán a los sectores del comercio, servicios, industria manufacturera y otras industrias con montos de hasta 5 millones de pesos por beneficiado, a tasa fija anual del 13.9% y una bolsa total disponible de más de 10 mil millones de pesos.

En el Comité de PyME de la Asociación de Bancos de México, entendemos la relevancia de este sector de la cadena productiva para la economía nacional. Por ello, mantenemos el compromiso de seguir impulsando las medidas necesarias para que juntas, podamos enfrentar la contingencia. Con ello, sólo queda recordar que la calidad del historial y buena reputación crediticia es la puerta a más y mejores opciones de financiamiento, por lo que hay que cuidarla considerando siempre la capacidad de pago, el destino del crédito y las opciones disponibles antes de adquirir un compromiso financiero con alguna institución.

| Vía publimetro.com.mx

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