Actualmente la bebida, con presencia en 120 países, genera ingresos fiscales por 8,000 millones de pesos anuales de un solo impuesto.
Guadalajara, Jal. Conocido y apreciado en el mundo, el tequila, destilado que se obtiene del agave Tequilana Weber variedad Azul, no sólo es considerado una bebida emblemática y un aporte cultural de México para el mundo; históricamente, también ha significado una importante contribución a las arcas públicas y un motor del desarrollo económico y social para el país.
Así como la diosa Mayahuel era el símbolo de la fecundidad, y según la mitología azteca fue convertida en maguey y conocida como “la diosa de 400 pechos” para garantizar la supervivencia de sus hijos, los aztecas, de igual manera, la cadena productiva agave-tequila es en la actualidad uno de los principales generadores de recursos fiscales, divisas y turismo para el país, además de ser fuente de ingresos y sustento para más de 90,000 familias que dependen de ella.
En su “Descripción de la Nueva Galicia” de 1621, Domingo Lázaro de Arregui describe cómo las primeras obras de ingeniería hidráulica para llevar agua a los habitantes de la actual Guadalajara, fueron costeadas con los impuestos provenientes del tequila, para entonces llamado vino mezcal.
De acuerdo con el secretario General de Gobierno de Jalisco, Enrique Ibarra Pedroza, 90% de la construcción del Palacio de Gobierno a mediados del siglo XVIII, también fue costeada con los impuestos que en esa época se cobraban al tequila.
Ya en la época moderna, una vez que fue reconocido y protegido por el Estado mexicano como la primera Denominación de Origen (DO) en 1974, y tras la creación en 1994 del Consejo Regulador del Tequila (CRT) para salvaguardar la DOT y garantizar a los consumidores su autenticidad, el prestigio de la bebida se extendió por todo el orbe al punto de alcanzar, al cierre del 2023, una producción de 598.7 millones de litros y la exportación de 399.2 millones de litros.