Uno de los invernaderos del Jardín Botánico de Madrid tiene como fondo musical una melodía compuesta por Marta Toro. Ella, que dedicó su tesis doctoral a desarrollar un método de relajación para niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), ya sabía que la música, además de influir en nuestro estado de ánimo, actúa sobre las áreas de nuestro cerebro involucradas en el control y la ejecución de movimientos. Pero nunca imaginó que uno de los temas de aquel método ayudara a sobrellevar algunos de los síntomas del Parkinson. Se lo contó Jorge Valls, visitante recurrente del Botánico precisamente para poder escuchar la melodía del invernadero de cuyo empeño por contactar con la autora nace Parkinsongs, una plataforma digital que permite a los pacientes de esta enfermedad mejorar su nivel de bienestar y autonomía.
El Parkinson es un trastorno que afecta al sistema nervioso de manera crónica y progresiva. Es, con entre 120.000 y 150.000 personas diagnosticadas, la segunda enfermedad neurodegenerativa más prevalente después del Alzheimer, según la Sociedad Española de Neurología. Aunque los temblores son su síntoma más conocido, no todos los pacientes los sufren. Lo que sí es general es que la capacidad para realizar de forma independiente cualquier actividad diaria se ve progresivamente afectada. De ahí que los expertos recomienden combinar el tratamiento farmacológico con terapias rehabilitadoras como la fisioterapia o la logopedia. Y es justo aquí donde Valls y Toro vieron la posibilidad de «aportar un granito de arena» aunando los beneficios de la música con las posibilidades de la tecnología.
«El seguimiento que hacen los neurólogos está muy limitado y las asociaciones de pacientes, pese a hacer un gran trabajo, no llegan a todo el mundo. Y, mientras buscábamos fórmulas para intentar cubrir ese hueco, llegó la pandemia, que nos ha digitalizado a todos, incluso a las personas que por edad no estaban muy familiarizadas con la tecnología. De modo que vimos que sí era factible crear una aplicación de móvil que, de forma muy sencilla e intuitiva, permitiera a cada persona trabajar en su casa a su ritmo y, de paso, ayudara también a su entorno a entender mejor la enfermedad», explica Toro.
Equipo de especialistas
Tras integrar en el equipo a profesionales de la medicina regenerativa, la nutrición, la psicología, la fisioterapia, la logopedia, el yoga y la producción musical, han desarrollado una plataforma que, a través de una app, ofrece un método de entrenamiento de creación propia que el usuario ha de adoptar como una rutina diaria. Ésta consta de cinco actividades, cuyos contenidos van rotando para combinar la repetición necesaria en cualquier proceso de aprendizaje con la novedad que evita que la ejercitación acabe resultando tediosa.
Tres de ellas son musicales y cubren objetivos distintos: mejorar la marcha y el movimiento, reducir los estados de ansiedad y para inducir el sueño. La cuarta es un tutorial de fisioterapia de quince minutos de duración en el que cada día se ofrece una tabla de ejercicios distinta. Cierra la rutina diaria un breve consejo de una nutricionista explicando qué comer para incrementar la dopamina; de una logopeda detallando qué ejercicios hacer para fortalecer el diafragma y el aparato fonador; de una psicóloga dando pautas para ayudar al entorno del enfermo a convivir con el trastorno o del propio Jorge Valls hablando en primera persona de las vivencias de un paciente. «Aunque lo hemos centrado en una patología concreta, las rutinas son adecuadas para el envejecimiento en general», matiza Toro.
Estas actividades quedan integradas en un sistema de seguimiento que permite al usuario recuperarlas a su ritmo si algún día no puede completar la rutina. Además, la app dispone de otros contenidos como juegos con los que trabajar la motricidad fina, un calendario para organizar las citas médicas, un botón de geolocalización que permite avisar a una persona previamente designada en caso de emergencia y un blog en el que se van colgando noticias de interés para pacientes y cuidadores.