Los fraudes pueden ocurrir vía telefónica, a través de mensajes de texto (SMS), correos electrónicos y enlaces.
Por voz automatizada (Vishing)
Se realiza mediante una llamada telefónica, en la que una voz automatizada similar a la de tu banco, pide tus datos confidenciales.
Ignora las llamadas que te pidan proporcionar tus datos confidenciales y los mensajes de texto que te pidan realizar llamadas.
Por mensaje de texto (Smishing)
Se comete a través de un mensaje de texto (SMS) que afirma ser de tu banco. Si te informan que has ganado un premio o que necesitas proporcionar datos personales para resolver algún problema con tu cuenta, no respondas.
Ignora los mensaje de texto que te pidan realizar llamadas o compartir datos personales.
Por correo electrónico (Phising)
Estafas que llegan a través de un correo electrónico que parecer ser de tu banco. El correo incluye un enlace peligroso que lleva a una página muy parecida a la de tu banco para hacerte creer que es la real y así obtener tus datos. Verifica el remitente.
Los bancos no mandan correos con enlaces sospechosos.
Remitente enmascarado (Spoofing)
Los delincuentes tienen los recursos para enmascarar su número y hacer que aparezca el nombre y/o número del banco en tu identificador de llamadas. Desconfía si te piden datos.
Cuelga y llama a tu banco.
No se deje engañar
Los delincuentes utilizan distintos mecanismos para llamar tu atención y obtener tus datos. A veces es algo muy espectacular como un premio u oferta para la adquisición de productos y servicios. «Otras veces es algo que te puede asustar como un supuesto problema, por ejemplo:» operaciones sospechosas, depósitos retenidos, bloqueos de cuenta o de tarjeta, accesos misteriosos; o bien, que es necesario actualizar tus datos. Rechaza todo lo que parezca demasiado bueno para ser verdad. Ante cualquier duda o sospecha, comunícate directo a tu banco o acude a la sucursal.