Con el fin de la Jornada Nacional de Sana Distancia, los mexicanos deberán adaptarse al proceso de la ‘nueva normalidad’, la cual no significa que se acaban las medidas preventivas contra el COVID-19, sino que se refuerzan.

En la Ciudad de México, por ejemplo, se prevé que el confinamiento siga hasta por lo menos el 15 de junio y de ahí en adelante regresar de forma gradual a otras actividades.

El combate al COVID-19 todavía tomará tiempo. Para llevar la ‘nueva normalidad’ de la forma más saludable posible, te damos estas recomendaciones.

Actividad física

El confinamiento y el trabajo a distancia ha traído consigo una disminución promedio de 70 por ciento de la movilidad, lo cual ha provocado un alza en el estrés de los mexicanos.

El nivel de estrés en México está llegando a los más altos del mundo, alertó Carlos Contreras-Ibáñez, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Para cambiar esta situación -que puede ser causa de ansiedad o depresión-, se recomienda realizar ejercicio en el hogar.

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Dormir bien

Los altos niveles de estrés y la poca actividad física producen alteraciones en las fases del sueño.

Víctor Aguilera-Sosa, investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN), dijo en un comunicado que el sueño es un fenómeno biológico, fisiológico y conductual en el que se regulan y metabolizan diversas hormonas, que permiten estabilidad biológica necesaria para la vida, el desarrollo y el aprendizaje.

Sin embargo, indicó que dentro de los trastornos que se presentan en este periodo de contingencia por el COVID-19 está el de la fase atrasada del sueño, que es el desfase que vive la población al tener que realizar tanto escuela como trabajo en casa.

Para aminorar estos efectos, el experto recomendó organizar una agenda con horarios para despertar, desayunar, realizar labores del hogar, actividad física y dormir, permitir el aburrimiento y dejar los fines de semana para actividades recreativas o lúdicas.

Alimentación balanceada

Aguilera-Sosa destacó que la fase atrasada del sueño de igual forma es producida por el exceso en la ingesta de alimentos con baja cantidad de nutrientes.

La mala alimentación no solo afecta a las fases del sueño, sino también al sistema inmune.

Ante este escenario, especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) llamaron a la población a mantener una alimentación saludable y balanceada para ayudar al organismo a reforzar el sistema inmunológico.

El jefe del servicio de nutrición del Hospital Psiquiátrico con Unidad de Medicina Familiar No.10, Manuel Bernardo Huerta Guerrero, recomendó a la población mexicana un consumo diario de 1.0 a 1.2 gramos de proteína por kilogramo de peso, los cuales se obtienen en una dieta sana, variada y suficiente, preferentemente avalada por un nutriólogo.

Asimismo, mencionó que además de ingerir dos a tres litros de agua, se requieren vitaminas y minerales, que ejercen un papel importante como cofactores de muchas vías metabólicas.

Cuidar consumo de alcohol

El Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, de la Secretaría de Salud, llamó a la población evitar el consumo de alcohol en exceso durante el confinamiento por la epidemia de COVID-19 en el país.

Esto, señaló el Instituto, debido a que el consumo de bebidas alcohólicas puede aumentar la frecuencia o la gravedad de la violencia interpersonal e incrementar el riesgo de accidentes dentro del hogar.

Además, debilita el sistema inmunológico y puede generar ansiedad, tristeza o alteraciones en la calidad del sueño.

Para medir si se ha tomado en exceso, el Instituto Nacional de Psiquiatría señaló que una mujer no debe tomar más de tres tragos estándar por ocasión o cuatro a la semana, mientras que si se es hombre lo ideal es evitar consumir cuatro tragos por ocasión o 12 por semana.

Entre los efectos que puede causar el consumo de alcohol, independiente del confinamiento, están los problemas de memoria, hipertensión, fallas cardiacas, inflamación del páncreas, manos temblorosas, problemas en el hígado y diversos tipos de cáncer.

Procurar a los adultos mayores

Los adulto mayores son una de las poblaciones más vulnerables, por su edad y diversas afecciones, ante el COVID-19.

Aunado a ello, las medidas de confinamiento han provocado que este sector no realice sus actividades del día a día o incluso que reciban una visita, lo que ha aumentado los padecimientos de depresión.

Tan solo en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), de un total de dos mil 758 adultos mayores derechohabientes que son monitoreados durante la pandemia de COVID-19, 10.5 por ciento tiene depresión moderada y 3.92 alta.

En este contexto, el IMSS alertó que es fundamental la interacción social con los adultos mayores para contrarrestar la soledad, ansiedad y depresión que puedan desarrollar con el encierro.

Se debe brindar apoyo a los adultos mayores en formar una nueva rutina o simplemente convivir con ellos, siempre respetando las medidas de la Jornada Nacional de Sana Distancia.

“Es importante plantear de manera intergeneracional distintas opciones para compartir y aprovechar el tiempo y los espacios en la casa, como: practicar juegos tradicionales, compartir y enseñar el uso de tecnologías, compartir la elaboración de actividades manuales y realizar actividad física en conjunto», detalló Martha Alicia López Jaime, subdirectora del Hospital Psiquiátrico con Unidad de Medicina Familiar Número 10, del IMSS.

Vía elfinanciero.com.mx

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