1. Contraseñas seguras

Aunque en muchas páginas ya es requisito, hay que procurar tener claves seguras en cualquier plataforma que utilicemos: claves que incluyan caracteres especiales, mayúsculas y minúsculas y números intercalados. Firmas como Norton ofrecen generadores de contraseñas seguras que son muy robustas. Y si usa un buen depósito de contraseñas, uno seguro, no tendrá que acordarse de ellas cada vez que quiera acceder a un servicio. Por otro lado, los expertos recomiendan no utilizar la misma clave en varias plataformas, pues no todas las páginas tienen el mismo nivel de seguridad.

2. Proteger la red personal de posibles intrusos

Los ‘routers’ modernos tienen buenos niveles de seguridad, pero mucha gente olvida cambiar las contraseñas que vienen predeterminadas de fábrica. Y descuidarse en esto es darle a los ciberdelincuentes una puerta de entrada fantástica a todos los dispositivos de su red, bien para robar información valiosa o bien para utilizar sus equipos con fines oscuros. Y esto es algo clave, pues cada vez hay más dispositivos conectados a internet en casa.

3. Identificar las prácticas delictivas más comunes

Una de las más conocidas es el ‘phishing’, que consiste en la suplantación de organismos o empresas para solicitar datos personales, de gran valor en el mercado negro. El objetivo va desde vender bases de datos hasta conseguir datos bancarios –si son capaces de hacer que los usuarios los revelen– para robar a la gente. También está el ‘ransomware’ o ‘software’ de secuestro, un correo o web incluye un enlace que, al hacer clic sobre él, inicia una descarga que inutiliza el dispositivo hasta recibir un pago por su ‘liberación’.

4. Los organismos oficiales no piden datos a los usuarios vía correo electrónico

Las entidades oficiales, bien sea bancarias o estatales, no deben pedir nunca los datos personales por medio de un mensaje electrónico, mucho menos con un cuestionario externo o con un sencillo “responder aquí”. El correo solo suele utilizarse para campañas de publicidad o para ofrecer información.

5. Cuestionar remitentes desconocidos

A la hora de recibir correos, y especialmente si contienen mensajes alarmantes como “su cuenta será congelada”, conviene revisar con mucha atención la dirección de la cual proviene. Los más hábiles suelen imitar las originales con apenas sutiles cambios. Un motivo para sospechar debe ser la inclusión de caracteres numéricos o especiales en el remitente. Si le pasa y tiene dudas, vaya a la página oficial o comuníquese directamente con el servicio supuestamente en problemas. Y jamás haga clic en ningún enlace que venga en ese correo.

6. No confiar solo en los bloqueos de ‘spam’

Expertos aseguran que los filtros de los navegadores que impiden la llegada de mensajes o de ventanas emergentes no deseadas suelen ser efectivas. Sin embargo, pueden fallar en caso de no estar debidamente actualizados. Lo mismo sucede con los antivirus, lo que supone una apuesta por la probabilidad de los delincuentes.

7. Acudir a tiendas oficiales.

Realizar compras y pagos en la web suele ser muy sencillo, pero no hay que perder de vista ciertos cuidados. Hay que verificar que las aplicaciones o páginas sean seguras, la mayoría ofrece alguna garantía, y si no la tiene, hay que revisar la información que proporcione: dónde tienen domicilio fiscal, qué datos recopilan de los usuarios y con qué fin, formas de pago y política de devolución.

8. Conocer los métodos de pago posibles

Para hacer pagos por internet hay que elegir el método más apropiado según el tipo de compra. Las tarjetas de crédito o débito, por ejemplo, pueden ser las más cómodas, pero si no hay seguridad de la web, puede ser muy riesgoso. En estos casos es mejor usar las plataformas de pago independientes como PayPal o PSE, que actúan como intermediarios entre nosotros y el vendedor, y la tienda no tiene acceso a nuestros datos.

9. Tratar con cuidado los datos sensibles

A la hora de trabajar o de compartir información sensible hay que tener especial cuidado en la red. Para empezar, muchas empresas sugieren usar chats internos o exclusivos y, en caso de no tenerlos, compartir la información mediante archivos PDF y no directamente copiada como mensaje. También recomiendan no hacer copias, si no es necesario, de información de trabajadores, clientes o de la actividad profesional de una persona.

10. Ojo con las ‘fake news’

Muchos estafadores digitales se esconden tras noticias falsas o publicidades engañosas que difunden tanto en redes sociales como vía ‘e-mail’ para redirigirnos a una dirección maliciosa. Por eso, antes de compartir cualquier enlace o contenido hay que revisar que sus fuentes sean fiables.

11. Atención a la dirección web

Hay que procurar navegar solo por sitios web que comiencen con HTTPS (no HTTP). Suelen ser más seguros y la información estará más protegida. Estos llevan un candado verde a la izquierda de la URL.

12. Descargar solo los archivos necesarios

Como se dijo antes, los cibercriminales pueden esconderse en temas de interés o pretender ser comunicados oficiales para que descarguemos archivos adjuntos. Por eso, antes de descargar cualquier archivo se debe evaluar su importancia y, por supuesto, su procedencia. Esto, además, para cuidar la memoria del dispositivo.

13. Los intrusos en videoconferencias

Antes de dar inicio a las videoconferencias hay que cerciorarse de que todos los participantes de la llamada sean conocidos. Así mismo en documentos compartidos que estén abiertos al público y puedan proveer información importante.

14. Deshabilitar complementos

Los navegadores suelen quedar llenos de buscadores o de utilidades que, en algunos casos, recopilan nuestros datos de navegación o pueden ser vías para introducir virus o ‘software’ malicioso. Pero todos los navegadores incluyen en las opciones controles de los complementos (‘plugins’) que permiten desinstalar o deshabilitar los de carácter dudoso.15. Mantener actualizados los ‘software’

Finalmente, es necesario mantener tanto el sistema operativo como los programas y aplicaciones instalados actualizados con su última versión para evitar que posibles vulnerabilidades puedan afectar nuestra privacidad en la red. Así mismo, hay que revisar que el antivirus esté al día y que sea confiable, pues no todos tienen las mismas capacidades, menos si provienen de descargas gratuitas o si son de prueba.

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