Las artesanías son una mezcla de nuestras culturas indígenas, también expresan riqueza y belleza y no solo han pasado de generación en generación, sino que atraen al turismo. Es por ello que representan una fuente de empleo para las familias mexicanas, sin embargo, a causa de la poca remuneración, los artesanos se han visto forzados a emigrar para así vender sus productos.

Afortunadamente existe el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (FONART), el cual trata dicha problemática con los programas de capacitación integral, asistencia técnica, apoyo a la producción, salud ocupacional, adquisición de artesanías, brinda apoyo a la comercialización y realiza concursos de arte popular.

La idea de crear este Fideicomiso público surge como respuesta a la necesidad de promover la actividad artesanal del país y contribuir a la generación de un mayor ingreso familiar de las y los artesanos, mediante su desarrollo humano, social y económico. (SEDESOL, 2014:10)

Pero, ¿qué son y cuál es el origen de las artesanías?

Son figuras que surgieron en las zonas rurales, pues las personas creaban a mano y con distintas técnicas objetos de barro, madera, cerámica, alambre, migajón, cobre, textiles, cantera, vidrio, talavera, etc., en los cuales se plasmaba el característico folklore mexicano que nos identifica en todo el mundo.

A pesar de que es una actividad vigente y conocida internacionalmente, el número de exportaciones es bajo. Por suerte, se ha impulsado su expansión en el mercado y ello permite tener un número más extenso de compradores.

Por ejemplo, en México el monto por exportación de artesanía asciende a 5,339 millones de dólares, una cifra que dista del monto de exportación de otros países, que van de los 26 a los 141 mil millones. A pesar del panorama, sabemos que existen diferentes maneras para promover negocios y cada día hay un mayor número de oportunidades.

Igualmente es importante mencionar que las estadísticas se deben a que la elaboración de artesanías se practica de manera “informal” en comunidades indígenas marginadas y por factores como la pobreza y la falta de conocimiento de los programas del FONART es que hay un rezago significativo.

Si bien aún resta un gran camino por recorrer, todos podemos contribuir dándole la importancia y el valor que requieren los artesanos y las artesanías para que nuestra cultura no quede en el olvido. Y, como anteriormente se mencionó, impulsemos la economía y a México.

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