El papel picado es un tesoro artesanal mexicano que ha resistido la prueba del tiempo y se ha convertido en una fuente de inspiración para emprendedores en todo el mundo. Este arte, conocido por sus vibrantes colores y diseños que a menudo presentan catrinas y calaveras, es un elemento esencial en las celebraciones del Día de Muertos en México. Lo que hace que el papel picado sea especial es su legado de generación en generación, donde las familias han tejido su herencia y su creatividad en esta forma de expresión artística.

En el corazón de esta tradición se encuentra San Salvador Huixcolotla, en el estado de Puebla, considerada la cuna del papel picado. Aquí, en el taller de Javier Macías, el arte se ha transmitido de padres a hijos durante 80 años. Javier, el actual dueño, continúa la tradición que su abuelo, Aurelio Macías, inició con la empresa El Carrizal. Para él, la elaboración del papel picado es más que un oficio; es una conexión profunda con la herencia familiar.

El compromiso de Javier con la artesanía lo llevó a fundar su propia empresa, Pemac, hace dos años. Este nuevo proyecto es una unión de los apellidos Pérez y Macías y se dedica a la fabricación artesanal. Aunque la tecnología ofrece formas más rápidas de crear estos diseños, Javier sigue apostando por el uso de cinceles y la elaboración manual. Para él, esta es la esencia misma del papel picado.

Un elemento clave en la expansión del papel picado en todo el mundo ha sido el poder de las redes sociales. Javier Macías señala que, en 2018, gracias a las redes sociales, el papel picado experimentó un auge espectacular. Talleres en Huixcolotla comenzaron a enviar sus productos a Europa, Sudamérica y Estados Unidos. La exposición en las redes sociales permitió a pequeños empresarios mantener viva la tradición y dar a conocer el proceso de creación, lo que atrajo la atención de un público interesado en la artesanía y las tradiciones culturales.

La temporada más importante para el papel picado es el Día de Muertos, que representa el 50% de las ventas. Le sigue la Navidad, con el 20%, y la personalización, que contribuye con el 30%. La personalización implica crear diseños para eventos, fiestas y empresas, incluyendo nombres y logotipos. Esto garantiza un flujo constante de ingresos durante todo el año.

La fabricación de papel picado es un proceso minucioso que comienza en agosto. Los artesanos crean diseños no personalizados y envían productos a papelerías y diversos estados de México, así como a otros países. Un papel picado de tamaño estándar, de 45 por 38 centímetros, se elabora en aproximadamente 30 minutos utilizando 60 cinceles y un martillo en una base de plomo. Durante la temporada alta, seis personas trabajan en el taller, con la ayuda de personas que colaboran desde sus hogares. En total, conforman una pequeña familia de 20 personas dedicadas a esta hermosa tradición.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí